Jorge Alarcón (82), en su juventud formó una familia, producto de la cual tiene cinco hijos por los que trabajó hasta que fueron independientes y decidieron ir a vivir al exterior: tres a Brasil y dos a Perú. Sin embargo, durante los últimos cinco años no tiene contacto con ninguno de ellos. A sus 80 años pasó uno de los momentos más difíciles que recuerda, estuvo internado más de un mes y al salir del hospital le informaron que había perdido todos sus bienes. "Solo y sin saber qué hacer, ni a donde ir llegué a la Defensoría del Adulto Mayor de la alcaldía y de allá me trajeron aquí", cuenta. Él hace más de dos años vive en "Hermanitas de los Ancianos Desamparados Hogar Santa Cruz", donde comparte con muchas personas similar situación. No espera nada especial para mañana, que es el Día del Padre. En el mismo asilo hay cerca de 200 adultos mayores, entre hombres y mujeres, una gran mayoría perdió el contacto con sus familiares.
Pérdida de sus bienes. Alarcón luego de vivir en Brasil por muchos años decidió volver al país y fue directamente a La Paz a buscar a sus dos hijas, pero se enteró que se mudaron a Perú, y como no tenía ningún contacto decidió trasladarse a vivir en Santa Cruz, aquí alquiló un habitación e instaló una tienda de barrio. "Cuando salí del hospital, la dueña de casa me dijo, 'una joven a nombre de usted vino a llevarse todas las cosas'. No sé que tan cierto sea eso porque no tengo familiares en Santa Cruz. Estuve con la policía por semanas tratando de recuperar algo, pero no se pudo hacer nada. Fue todo un desastre", recuerda aún con tristeza.
Sobre su vida en el asilo señala que es feliz, que vive tranquilo por lo que ya dejó de intentar buscar a sus familiares.
'Ya no quiero molestar a mis hijos'. Teófilo Cosío (73) nació en Cochabamba pero la mayor parte de su vida radicó en La Paz. Tiene cuatro hijos: dos viven en Argentina y dos en Santiago. Hace más de cinco años fue operado de la próstata y una de sus hijas le pidió trasladarse a vivir a Chile para cuidarlo, pero en el vecino país se agravó su estado de salud pues sufrió una embolia. "Estuve internado mucho tiempo. Mi cuerpo estaba como trapo. Al salir del hospital me recomendaron hacer fisioterapia pero eso cuesta muy caro allá y mi hija ya tiene sus hijos. No quería ser una carga más para ella. Así que volví a La Paz", relata. En su retorno al país, los médicos le dijeron que el clima del altiplano no le hacía bien, así que se trasladó al Beni donde tenía un sobrino que lo albergó por más de dos años. "Decidió venir a Santa Cruz porque no quería ser una carga para mi sobrino. Él ya tenía sus responsabilidades. Conocí a un transportista y él me trajo a Santa Cruz. Viví con él un tiempo", recuerda. Cuando ya no pudo solventarse buscó ayuda en la Defensoría Municipal del Adulto Mayor y el personal lo llevó al asilo. "Ya no quiero molestar. Aquí conversamos, reímos, desayunamos y tenemos una vida tranquila", enfatiza.
Cada mañana reza el rosario. A sus 92 años, Mario Montalván usa anteojos, perdió un poco la audición pero en general su estado de salud es bueno, camina sin necesidad de bastón y no tiene malestares físicos graves. Él aún recuerda la muerte de su esposa hace 10 años y también la de uno de sus hijos. "Con ella (su esposa) íbamos todos los sábados donde murió mi hijo a llorar. Parece que ella no se pudo recuperar de eso y al poco tiempo falleció. Los padres no están preparados para la muerte de un hijo", enfatiza. Mario tiene otro hijo que vive en Argentina y lo viene a visitar cada año. "Me quiere llevar a vivir allá pero yo no quiero", cuenta.
Hace ya 9 años vive en el asilo y hace tres adoptó como práctica diario rezar el rosario en las mañanas. "Ingreso a la capilla, solo uno de los viejitos me acompaña. Es uno que está ciego, además no habla fuerte, pero somos los únicos que todos los días venimos aquí", sostuvo.
Festejos del Día del Padre. En el hogar albergan más de 200 adultos mayores, la mitad mujeres y la mitad hombres. El sábado pasado se celebró el Día del Padre. El festejo fue organizado por las "Damas Voluntarias", que son un grupo que con frecuencia colabora. Se espera que la actividad se replique por otros grupos voluntarios mañana.
Publicado: El Día
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